¿Qué es el cambio climático?

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Comprender el cambio climático es de urgente necesidad para nuestro planeta. Hasta ahora la Tierra se ha ido amoldando a distintos cambios en su clima, dado que éste es dinámico y depende de muchos factores para su regulación. Pero estos cambios son a escala de miles de años, y por eso a las personas nos parece que el clima se mantiene estable. Las causas que provocaron pasar de época más frías (llamadas glaciaciones) a otras más cálidas, como la actual (llamadas holoceno), han sido siempre naturales.

La novedad del cambio climático actual es que está produciéndose por la actividad humana. Es por tanto de origen antropogénico. La actividad industrial y económica del hombre está sobrecargando el planeta con gases, transformando sus ecosistemas, alterando la vida y produciendo una sobrecarga de basuras y residuos que conducen al clima a un cambio irreversible, sin vuelta atrás y de consecuencias muy preocupantes.

El clima se mantiene estable gracias a una relación de equilibrio entre todos los factores que le influyen. Igual que hacen los pasajeros en una pequeña balsa: que para mantenerla a flote deben distribuir sus pesos. Actualmente, por esta acción contaminante del hombre, el peso se está desequilibrando y podemos volcar la barca.

¿Qué evidencias tenemos del cambio climático?

Las primeras voces de alarma se oyeron públicamente en 1979, en la Conferencia Mundial sobre el Clima de Ginebra. Después llegaría la aceptación mundial del Protocolo de Kioto de 1997, donde los gobiernos del mundo se propusieron tomar medidas para ralentizarlo. Otro esfuerzo notable fue la puesta en marcha del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), donde a partir del año 1988 miles de científicos y expertos de todo el mundo, de forma voluntaria y objetiva, contribuyen a investigar el cambio climático y sus riesgos. Hasta la fecha se han elaborado cinco informes, y con cada uno de ellos sabemos más y mejoran los métodos de investigación, de tal manera que ha ido creciendo la certeza científica de que estamos inmersos en una transformación del clima a causa de la actividad humana.

La evidencia más notable y que despertó la alarma fue la corriente denominada El Niño, en Centroamérica, que provocó graves catástrofes meteorológicas, mostrando que el clima se estaba calentando.

La subida de la temperatura hasta dos grados y medio en la Península Antártica, donde se están derritiendo grandes superficies de hielo, constituye otra de estas evidencias.

Como también fue ejemplo de clima desequilibrado lo que se produjo en 1994, cuando una grave sequía asoló Japón al mismo tiempo que en China sufrían la mayor inundación del siglo.

Asimismo, a lo largo del siglo XX los huracanes y las inundaciones se han vuelto habituales en Estados Unidos.

Y en 2003, en España y otros países de Europa, se registró una ola de calor histórica.

Los científicos están de acuerdo en que estos fenómenos y otros muchos que se están estudiando por todo el mundo, tienen como responsable común las alteraciones climatológicas causadas por el calentamiento global.

¿Qué es el efecto invernadero?

En el planeta Tierra sucede como en el interior de un invernadero, donde se conserva el calor para beneficiar a las plantas. Si en un invernadero este efecto se consigue como consecuencia de su cobertura de plástico, que funciona como un abrigo, en el planeta se debe a una serie de gases que retienen la energía del sol y evitan que salga al exterior. Estos gases son el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, el ozono, el vapor de agua y otros creados por el hombre. El efecto invernadero es, por tanto, natural y necesario para la vida; sin él, nos congelaríamos.

Pero el problema actual es que el hombre está vertiendo a la atmósfera enormes cantidades de gases, procedentes de la actividad industrial y económica, y que están por encima de las necesidades del planeta y de su capacidad de equilibrio; y como consecuencia, nos estamos sobrecalentando. Este calentamiento provoca toda una serie de efectos: catástrofes climáticas, desertización, salinización del mar, subida del mar, cambios en los ciclos biológicos, etc.

¿Qué cambios se prevén para el futuro?

Existen varios modelos matemáticos que establecen cómo será el clima a finales del Siglo XXI. Estos modelos varían en función de si el ser humano seguirá contaminando como hasta ahora, o si por el contrario, se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global.

Las previsiones más pesimistas hablan de olas de calor más frecuentes. En nuestra zona mediterránea, en invierno subirá la media de la temperatura hasta 6 grados y en verano 3,8 grados.

Para finales de este siglo, en Extremadura se prevé un aumento de la media de las temperaturas mínima y máxima de unos cuatro grados, además de un descenso de las precipitaciones en un 20%, según datos del Observatorio Extremeño de Cambio Climático.

El océano subirá, poniendo en peligro zonas de costa y playas.

El hielo irá desapareciendo, y es posible, según los expertos, que para el año 2050 el Ártico se quede casi sin hielo.

Y el océano se volverá más ácido, lo que afectará negativamente a su vida.